viernes, 23 de octubre de 2009

Madre

Eres el ser que descubre
los secretos de la infancia
con más precisión que un sabio,
con equilibrio y confianza.

Eres la voz que acompaña
cuando la fiebre me abraza
y el rocío de tus manos
acaricia mis entrañas.

Eres viento que se agita
cuando un peligro me asalta
y el remanso de tus ojos
me da valor y esperanza.

Eres luz en las tinieblas
sembrando hilos de plata,
das ternura con paciencia
y sonrisas con nostalgia.

Eres arrullo en las noches
impregnadas de fragancias;
el amor que tú me has dado
no lo apaga la distancia.

Never Cavigliasso

Comentario del doctor Eze Zikesma Lo:

Aunque doña Never es de Cipoletti, cuando se pone poética, habla de "tú". ¡Si sólo fuera eso! Pero es comprensible, pobre, a ella la fiebre la agarra con los dos brazos... y la madre le ha mandado desde niña, las manos hasta las entrañas. ¡Qué degeneración! Esto hace dudar, incluso, del tenor de las fragancias que impregnaban las noches en su casa.

¿O será la rima que le hace decir lo que no quería y callarse lo que pretendía decir? Si no, cómo se entiende eso del

viento que se agita

cuando un peligro me me asalta

¿Qué relación hay entre una cosa y la otra? ¿O para homenajear a la madre, además de lugares comunes es válido cualquier disparate?

¡Y a bambolearse recitando, recitadores!

2 comentarios:

  1. bamboleo bamboleo!!! pobre mi madre querida!! mi santa madre! en fin!! aguante el lugar común!! julio iglesias julio

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  2. y, ¡quien gano?
    La cintura Cósmica

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